Se puede decir que las Galerías Punta Begoña son el sueño de un hombre, Horacio Echevarrieta (1870-1963), hijo del empresario de éxito y líder del republicanismo vizcaíno Cosme Echevarrieta (1842-1903). Con los beneficios que le generaban sus negocios, el padre de Horacio compró el solar de Atxekolandeta en Punta Begoña, entre otros, que de ser una zona de uso militar se convertiría, con el paso de los años y la paulatina urbanización de la costa, en lugar de veraneo para disfrutar de aquellos baños de mar que entonces empezaban a ser muy populares.

En aquella época esta zona era un inmenso arenal que se extendía casi hasta Portugalete y Santurtzi (Bizkaia), con una configuración muy distinta de la actual, pues no existía ninguno de los muelles que ahora conocemos. Hoy día, sin embargo, gracias a la industrialización que se generó como consecuencia directa de la explotación de hierro en la margen izquierda de la ría y las personas que emigraron hacia allí, el Abra se convirtió en una puerta de salida comercial de una metrópoli, como es Bilbao, y de las ciudades relacionadas con ella. Y en la margen derecha, especialmente en Getxo, se construyeron lujosas edificaciones donde residían los empresarios más notables de la época.