En el centenario de la construcción de Punta Begoña, un proceso constructivo complejísimo por la propia configuración del monumento sobre un acantilado, la recuperación de las galerías, enmarcadas en un espacio considerado de alto valor histórico por la presencia de vestigios milenarios, presenta dificultades añadidas, derivadas del paso del tiempo y causadas
por agentes meteorológicos, físicos, contaminantes…
El destino público del edificio y su valor monumental exigen garantizar al máximo su seguridad estructural. La presencia de grietas de gran tamaño ha requerido proceder al «cosido» de los apoyos en varios metros, hacia las capas más internas del acantilado. Tras este periodo de complicada obra, con la crisis sanitaria de por medio, se aproxima el momento de la reapertura de las galerías y la posibilidad de responder al interés público por ver los avances y, progresivamente, a las propuestas sociales para desarrollar actividades culturales, formativas o artísticas.